Sobre la Salud Mental
Veo las noticias sobre el trágico incendio en un «Centro de Rehabilitación» en San Juan de Lurigancho y me lleno de una variedad de sentimientos: cólera, pena, frustración. Sobre todo frustración.
Me frustran varias cosas con respecto a la Salud Mental en nuestro país.
1. La falta de seriedad y conocimiento:
Muchos toman la Salud Mental como un tema secundario al de Salud. Si no se trata de diabetes, TBC o cáncer, no se considera algo importante. Hace unos meses realicé DOS campañas gratuitas de despistaje y prevención (depresión y estrés respectivamente). ¿Saben cuántas personas asistieron entre las dos campañas? Quince. Si hubiera sido un depistaje de cataratas estoy segura de que hubiéramos atendido más gente.Y es que, si el síntoma no toma el cuerpo, no le hacemos mucho caso, no es algo serio. Sin embargo, las cifras por muerte a causa de depresión van en aumento y las de enfermedades físicas a causa de ansiedad y estrés, también.
2. La falta de inversión:
Por un lado, la falta de inversión por parte del Estado. Los hospitales de Salud Mental no están en las mejores condiciones: tanto en infraestructura como en personal. Esta es una de las razones por las que surgen tantos «Centros de Rehabilitación» improvisados; existe la necesidad, hay la demanda, pero no hay muchos lugares dónde acudir, que brinden un servicio serio y completamente profesional.
Por otro lado, es la falta de inversión de las personas, en general. Muy pocas personas están dispuestas a pagar un psicólogo, psicoterapeuta o psicoanalista. El dinero siempre será una muy buena excusa para no tratar esos temas tan incómodos sobre nosotros mismos (sobre la negación, pueden leer mi post anterior «No, pero…»). Sin embargo, en el caso específico de las adicciones, existen los grupos gratuitos de 12 pasos (Alcohólicos anónimos, Narcóticos Anónimos, etc.) que han probado ser de gran ayuda en este tema. Ante esto, ¿cuál es la excusa?. Seguramente muchas más, para «creativos» y criollos, nosotros.
Lo cierto es que muy pocas personas están dispuestas en invertir en su Salud Mental y, sí, eso es justamente de lo que se trata de una «inversión» a largo plazo, pero que reditúa en una mejor calidad de vida y en un sentimiento de bienestar de amplio espectro.
3. La falta de difusión:
Veía en las noticias del incendio, que uno de los jóvenes fallecidos había sido internado por su adicción a los videojuegos, internet y problemas de conducta; probablemente ese muchacho no debió ser tratado ahí, probablemente ni siquiera era necesario internarlo, probablemente otro era su diagnóstico…probablemente…Ya no lo sabremos. Pero, si esos padres hubieran sabido un poco más acerca de las adicciones, de lo que son los problemas de conducta, de que habían otras opciones (como la atención ambulatoria), tal vez…no puedo ni terminar la frase, dicen por ahí que el «hubiera» no existe.
¿Es tan difícil brindar información? Creo que no. Lo difícil es brindar la información adecuada y precisa. Respeto nuestras diferencias culturales y hasta teóricas; pero hay casos que no se curan con la visita a un chamán, o con «arte-terapias» o «biodanza». La psicología y el psicoanálisis son Ciencias, no serán exactas como las matemáticas, pero ciencias al fin y al cabo, con años de investigación, con grandes representantes, con grandes resultados.
4. La informalidad:
Ahora cualquiera es psicólogo. Ok. ¿Sabían que el título de «Licenciado en Psicología» no es una acreditación para hacer psicoterapia? Estoy segura de que no. Yo me enteré casi al finalizar mi carrera. Una licenciatura en psicología clínica habilita para la evaluación y posterior diagnóstico. Para ser psicoteraputas hay que estudiar, y, sobretodo, vivir la experiencia en carne propia. Lo mismo para el psicoanálisis; nadie es psicoanalista si es que no ha pasado por el diván. Y es que, para poder ayudar a otras personas, es importante que tengamos un poco en claro, al menos, qué sucede con nosotros, cuáles son nuestras fallas, nuestros aciertos, qué es de nosotros, qué pertenece al paciente. No es algo que se aprende de un día para otro, por algo la experiencia clínica se llama «práctica».
Seguramente por esto es que hay tantos centros de rehabilitación informales, pareciera que el conocimiento empírico es suficiente, pero lamentablemente no es así. Es necesario también el haber estudiado, el haberse formado académicamente.
Podría llegar hasta el punto 10, pero creo que fue suficiente catarsis por hoy. Hoy estoy molesta. Hoy me siento frustrada. Creo que llamaré a mi psicoanalista y le pediré un sesión adicional. Y, saber que puedo hacerlo, no me avergüenza, al contrario, me da un poco de orgullo, seguridad, porque no me psicoanalizo solamente por formarme, lo hago porque soy humana, como todos.
Hoy estoy molesta.
Yo creo que también muchas personas tienen temor de saber que hay dentro de ellos por que esas heridas son más dificiles de curar.
Siempre va a haber dificultad en el proceso de conocerse y de lidiar con lo traumático de nuestra historia.Pero no es imposible, y resulta en una mejor vida cuando se trabaja y elabora ese dolor en un psicoanálisis 🙂